Otra hermosa crítica para El Futuro!
Me he tomado el trabajo de traducirla!
De aquí hacia el pasado… y hacia El Futuro
Miguel Bronfman, para el Herald
Aunque mantiene siempre un perfil bajo, Alejandro Terán es un artista extremadamente original.
Músico de músicos, ha contribuido con sus talentos únicos de arreglador y director, con muchos otros artistas en las últimas dos décadas.
Ha trabajado con personalidades como Charly García, Gustavo Cerati -para quien ha orquestado la música del álbum 11 Episodios Sinfónicos- , Gustavo Santaolalla y Joan Manuel Serrat, entre otros.
Ahora, se presenta con su propio, inefable y ciertamente original proyecto, la orquesta Hypnofón, con la cual ha grabado el álbum El Futuro (Los Años Luz discos).
En este exquisito álbum, el futuro, el presente y el pasado se combinan en cada tema y la orquesta se sumerge y flota en una especie de limbo.
En una “swinging psychedelia”, la música suena futurista y “vintage” a la vez, causando un placentero sentimiento de extrañeza.
Temas bailables con claras reminiscencias de los 60s son propulsados con arreglos de percusión y una intensa sección de cuerdas (Terán mismo ejecuta las violas), instrumentos de metal y maderas (oboe, clarinete, diferentes flautas, saxofones, trompetas y flugels), dan forma a una unidad multicolor en un territorio que va más allá de las categorías y definiciones.
Se intuyen tantas referencias estilísticas e influencias, que parece una tarea inútil intentar describirlas a todas.
Hay aquí mucho del jazz de Ellington y Mingus de los 70s, rock, pop, fusión, klezmer, tango, música de cámara contemporánea, y hasta pinceladas de Pink Floyd; los oyentes atentos pueden descubrir muchas más.
Con seis temas originales de Terán y dos del pianista de la banda (Pedro Onetto), el álbum incluye además divertidos covers, como Rubias de New Cork, de Gardel y Le Pera, una versión baladística de Aurora (canción patria argentina), los clásicos folk Anahí y el Pericón, un tema de Charly García, y un clásico de Mingus, Goodbye Porkpie Hat.
A través de sus propios temas y de las versiones, Terán demuestra una vez más que la música seria, bien compuesta y ejecutada, puede ser también, extremadamente divertida.
De hecho, podría ser definida como “música seria divertida”: instrumentaciones complejas perfectamente balanceadas, instrumentistas versátiles regalando interesantes solos, un infrecuente sonido colectivo, grooves irresistibles y un contagioso humor festivo…
Qué más se puede pedir de una orquesta?
