lunes, 29 de octubre de 2007
LA PRUEBA DE LA ETERNIDAD DE LA SONRISA
Waltraut e Ingeborg,
dos hermanas adolescentes,
le dijeron a su papá Georg
que querían ir a vivir a un país
en el que no hubiera guerra nunca.
A él lo habían amenazado de muerte
y tenía que exiliarse
porque su país acababa de perder
una guerra muy cruel.
Georg averiguó
y las posibilidades que él barajaba
eran Australia y Argentina.
Era el año de 1952.
Como no sabían nada
de ninguno de los dos países
se decidieron tirando una moneda
y se fueron en barco a Argentina.
Waltraut se compró al llegar
una prefabricada en los suburbios
y un Wincofón para escuchar sus discos.
Ella escuchaba Mozart y Schubert
como música popular
(cocinaba, cosía y lavaba cantando)
En el 67 me tuvo a mí
y me cantaba In diesen Heiligen Hallen
y El Tilo para que me durmiera.
La división entre música clásica y popular
era incomprensible para ella.
Cuando había visita y terminábamos de comer
me decía: -Alex, entretiene a la visita!-
Y me mandaba al piano.
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2 comentarios:
imposible no pensar en el momento en que la moneda gira
y que hubiera pasado si decia "australia"
tocarias el didge
o serias un canguro
si fueras
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