En mi estudio hay miles de libros,
miles de discos, montañas de partituras
y muchos instrumentos.
Decidí colgar las violas y los violines
de un alambrecito, para tenerlos más a mano
y para que no terminen aplastados
por nuevos libros y discos
que van llegando.
Mi escritorio tiene cien años
y donde van mis codos, está hendido el roble.
Me siento bien acompañado
por todos estos ingenios tecnológicos:
libros, violines, discos, computadoras,
enciclopedias y wikipedias,
relojes a cuerda e interfases.
Leguero y Reason 4
Selmer París, y Digidesign.
Faber Castell 3B y 50 Bic negras de trazo grueso
(me gusta comprarlas de a cajas)
rivadavia liso, pava,
y la Orquestación de Adler
y el Tao
siempre fuera de lugar.
Me gusta
el silencio que producen
los instrumentos de cuerda
cuando están todos perfectamente afinados
en simpatía.
